lunes, 31 de diciembre de 2012

caminar

¿puedo esperar algo más de la vida? todos los libros han sido leídos, todos los sonidos escuchados, todos los espejos, vistos una y otra vez desde todos los ángulos posibles. hasta la muerte ha sido vivida ya, entonces ¿qué puedo esperar de lo venidero? ¿tiene acaso el porvenir aquéllo que nunca pude sentir? ¿acaso sentiré más adelante lo que hasta hoy no pude sentir? hay un ansia hiriente que aún no se apaga, de algo que no fue y aún anhelo que sea. pero ahora debo abrazar esta resignación y refugiarme en mi fuero interno, alimentarme de la fuente del saber, aprender hasta que mis dedos se detengan sobre un gatillo. y sin embargo, quedan tantos libros por leer, tantos sonidos por escuchar, tantos espejos por derribar y construir, y todo eso en un mismo río que baña mis pies con el vértigo de una tormenta, y todo en un río que me arrastra consigo y con todas mis ansias. ¿acaso habré sido todo lo que podría haber sido? ¿acaso he llegado a mi límite? no, el mismo río me llevará lejos y lavará mis penas para alimentar un nuevo ansia, y así el ciclo nunca acabará. nunca creeré en el eterno retorno pero sí en el constante fluir de la vida que me llama consigo. y así he comenzado mi camino, cuesta abajo, con la sensación de no querer detenerme nunca más.

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